Vecino, familiar o amigo, todos conocemos a alguien que ha sentido la llamada de la vocación cuando llega el difícil momento de enfrentarse a su futuro laboral, y que sin dudarlo, decide entregar su vida al servicio de sus conciudadanos, opositando al empleo público en un generoso acto de filantropía, y así formar parte, una vez superadas las pruebas, de los más de 2.500.000 de trabajadores (uno de cada ocho) que con el orgullo y la satisfacción del deber cumplido, aportan día a día su grano de arena a una sociedad que en muchos casos no los merece.
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6 comentarios:
Luchemos por un curro digno!!
si, pero que lo hagan los demás.
xDDDDDDD. Muy buena!!!!
J.
Pues damelo a mi, que tu poca hambre has pasado
Por si alguien todavía no se ha dado cuenta, los 846,00 motivos de la cabecera, es mi nómina, y aunque los argumentos de la CEOE son siempre constructivos, a mi no me acaban de convencer.
Gasto tan poca energía que no tengo necesidad de comer a menudo y además me da pereza dartelo. ¿no puedes venir tu a buscarlo mon capitain?
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